CONCEPCIÓN METODOLÓGICA PARA EL  FORTALECIMIENTO  DEL VALOR RESPONSABILIDAD A TRAVÉS DE LA ASIGNATURA INGLÉS I.

Adys María Naciff Samón

3. Estado actual del comportamiento del valor  responsabilidad en los estudiantes de primer año de la  carrera  Contabilidad y Finanzas.


 Para la realización del estudio diagnóstico se determinó como población y muestra  a los  17 (100%) estudiantes  del primer año de  la carrera. Se consideró necesario  diagnosticar el comportamiento de la responsabilidad  en los profesores (10)- (100%),  debido a sus influencias en el proceso de fortalecimiento del valor.  Se incluyen a la jefa de colectivo  y a  la  profesora guía.  

Se visitaron un total de 10 clases, se realizaron 10 observaciones a la conducta de los estudiantes en las diferentes actividades y 10  a las actividades principales de los profesores para constatar la manifestación de la responsabilidad

Para conocer la situación actual que presenta el objeto de investigación se utilizaron los instrumentos: encuesta, entrevista, observación científica y análisis de documentos. Se tuvieron en cuenta algunos indicadores, determinados a partir de las regularidades presentes en los antecedentes históricos del objeto de investigación, con el objetivo de valorar el nivel de conocimiento y la manifestación  de la responsabilidad de los estudiantes y profesores:

A continuación se reflejan los resultados generales obtenidos de la aplicación de  los  instrumentos.
Al analizar los resultados de la encuesta aplicada a los estudiantes (anexos 1-2) se observa que el conocimiento y significado del valor responsabilidad fue reconocido por el  100% (17)  en las opciones  A, D y E. Respondieron B  11.7%
 ( 2) y C 23.5 % (4). Por lo que se deduce que los estudiantes conocen el significado y contenido  del valor responsabilidad y argumentan que significa comportarse bien, ser persistentes, cumplir con  las tareas que les orienta la Revolución y ser críticos y autocríticos con los problemas, etc.

Los profesores y responsables del colectivo de año (100 %) muestran pleno conocimiento del contenido de este valor. Expresan que la responsabilidad se manifiesta en el accionar consciente de los estudiantes y en el cumplimiento de las obligaciones sociales e individuales como: asistencia y puntualidad, participación en las actividades y en el interés por el estudio (anexo3-4).

Con  relación al compromiso y cumplimiento de las diferentes actividades, solo el  11.7%(2) de los educandos manifiesta que siempre realiza el estudio independiente,  mientras que el  88.2 %(15) lo realiza a veces.  El 23.5 % (4) ayuda sistemáticamente en las tareas del hogar y el 76.4 % (13) lo hace en ocasiones. 

Respecto a la puntualidad en las actividades el 29. 4 %(5) refiere ser siempre puntual, pero un 70.5 %(12) lo es solo a veces.  Las respuestas a los indicadores D y E evidencian que el 47.0  % (8) cuida la salud propia y la de los demás a veces, y un 41. 1 %(7) refiere que  lo hace nunca, solo el 11.7% (2) manifiesta que siempre lo hace. Los bienes sociales y materiales son en ocasiones cuidados por el 58.8%(10) y nunca por un 17.6 %(3). El 23.5%(4) declara que lo hace siempre. Finalmente la gran mayoría, 88.2 % (15), refiere estudiar solo a veces y el 11.7% (2) lo hace siempre. Estos resultados evidencian que los estudiantes no se sienten mayoritariamente comprometidos con el cumplimiento de las principales actividades emanadas de su proyecto de vida.
 
Los profesores del año, 37.5 % (3), al valorar a  los estudiantes con respecto al nivel de compromiso y participación en las actividades lo evalúan en la categoría de regular, y enuncian que estos demuestran incongruencias y falta de sistematicidad en  su compromiso con el deber. El 62.2% (5) refiere que el grupo está mal en este sentido, ya  que la participación en las actividades se ve afectada por las reiteradas inasistencias e impuntualidades de los educandos, y que  en sentido general hay  muestras de  apatía y falta de compromiso.

 A este criterio se suman las opiniones de la jefa de año y profesora guía 100% (2)   quienes refieren que  les “cuesta mucho trabajo” lograr que los estudiantes participen  en las actividades con sistematicidad,  y que se comprometan con  su desempeño activo en las de orden extracurricular como: juegos deportivos y festivales culturales. La observación a la participación de los estudiantes en las actividades  evidencia que  la mayoría  está evaluada en las categorías de regular y mal (anexos 7-8). Esto  corrobora  que realmente existen  dificultades en la disposición y responsabilidad  que tienen para realizar el estudio independiente, en el cumplimiento de sus deberes, la participación en las actividades, y  en la asistencia y puntualidad a clases.

Estos resultados demuestran que existe  contradicción entre el conocimiento que poseen los estudiantes  del valor responsabilidad -lo cognitivo-,  su aspiración o deseo de poseerlo - lo volitivo- y la manifestación del valor -lo conductual-, pues no hay correspondencia entre lo que plantean y la manifestación objetiva de la responsabilidad.

El análisis del  indicador relacionado con la actitud ante el estudio refleja que solo un 23.5% (4) considera tener  una adecuada posición en  la realización de los  ejercicios difíciles, pues lo hace con un compañero.  El 29.4 (5) busca ayuda y  el resto 47.0 %( 8) no muestra interés por solucionarlos y los deja. Para el  35.2 % (6) no cumplir con una actividad parece algo normal,  para  el 52.9% (9) representa algo que no haría para evitar un castigo, y solamente el 11.7 %(2) refiere que no se hace. Una estimable parte, 41.1 (7),  expone que  cuando trabaja trata de terminar para irse y el  52.9 (9) se escabulle.  Ningún estudiante refiere solicitar otra tarea  cuando termina temprano.

La opinión de los  profesores y directivos del colectivo de año  (25 % ) coincide en que los estudiantes  mantienen una actitud inestable ante el estudio y lo ubican en la categoría regular, pues muchas veces  no realizan las tareas docentes  en el aula ni fuera de esta, y  que cuando lo hacen su calidad no es la mejor. El 75.0%(6) lo ubica en la categoría de mal, y alude  que  los resultados de  los exámenes no son los mejores.  Una gran parte del colectivo ha vencido los objetivos en extraordinarios o en convocatorias especiales, lo que refleja un bajo rendimiento académico.

La  profesora guía y la  jefa del año (100 %) consideran que  la fuente de ingreso afecta en la actualidad los índices de rendimiento y la conducta de los estudiantes.  Tradicionalmente la carrera se nutría de estudiantes  provenientes de la IPVCE y del Politécnico de Economía, quienes sostenían   una  actitud responsable que  ayudaba  a mantener el equilibrio en el colectivo. En los últimos cursos han ingresado a la carrera estudiantes de escuelas como los IPUEC, que  poseen una pobre formación y un  rendimiento promedio.  La característica de este tipo de estudiante influye negativamente en el componente  cognitivo-educativo del grupo.

La observación a clase ratificó que  los estudiantes presentan insuficiencias en la  realización del estudio independiente.  Se  evalúa de  bien solo  a un 23,5 % (4), de  regular a  un 41.1 % (7) y en  el 35. 2 5(6) se observa una conducta negativa. Su asistencia y puntualidad  se concentra mayoritariamente en los indicadores de regular (59.9 %) y mal (29.4 %), lo que demuestra pobreza en el interés por ser responsables en el cumplimiento del horario, el reglamento y la disciplina escolar. Por otro lado los estudiantes no cuidan la base material de estudio con esmero, pues está en su mayoría  deteriorada.  Se encontraron tachaduras y escritos en  los libros de textos (anexos 7 y 8).

Estos resultados permiten concluir  que los estudiantes poseen limitaciones en la toma de  conciencia de sus obligaciones,  en el  sentido de la  responsabilidad ante el estudio y  en su comportamiento en el ámbito de la escuela y en la sociedad.

En cuanto a las vías para fortalecer el valor  responsabilidad,  los estudiantes afirman que sus  profesores utilizan la clase, 94.1% (16), las actividades  docentes 82.3 % y  el Proyecto Educativo (88.2%). Los  otros indicadores fueron referidos en  menos del 20% (anexos 1y 2). Por su parte los docentes, 75 % (6), sitúan  a la clase como la principal forma  y refieren que  utilizan procedimientos y técnicas, actividades colaterales, trabajos independientes, entre otras.  Las asignaturas de ciencias exactas, cuyo contenido no  siempre  posibilita la sistematización de este valor,  lo hacen   a través del  chequeo del estudio independiente y de la  llegada puntual  a clases. Los directivos del año (100 %) declaran otras como la integración de las Estrategias Curriculares con la de Formación de Valores y  con  el componente investigativo - laboral.

Aunque se sostienen estos argumentos, se pudo comprobar en la observación a  las actividades, clase y conducta  de los profesores que no siempre es así,  pues en el indicador bien  se sitúa  en las  opciones A, B y F el 50 %(4),  en C y D el 87.5 (7) y el 37.5 (3) en E. En el indicador  regular el 50% (4) se ubica en  A y B, en C y E el 25 % (2), mientras que el 50 % (4) se halla en D y F. (anexos 9 y 10).
En cuanto al  nivel de preparación y ejemplo del profesor, el 11.7 (2)  de los estudiantes plantea que estos son sumamente responsables, e igual cantidad los cataloga como más bien irresponsables. La mayoría (76.4 %)  los valora como más bien responsables. Ninguno   los ubica en el indicador D.

De aquí se resume que los profesores presentan dificultad en la participación en las actividades con los estudiantes. La visita a la residencia estudiantil  no es aprovechada al máximo, y se dejan de  cumplir  tareas del colectivo de año. La utilización del contenido para potenciar la responsabilidad  está limitada en  el  50 % y la interdisciplinariedad, como vía para propiciar la formación integral de los estudiantes,  no es tenida en cuenta en las opiniones de los profesores.

De estos resultados se infiere que los profesores utilizan el marco de sus clases, el Proyecto Educativo y las actividades docentes. Pero renuncian a otras oportunidades como: conversaciones individuales y colectivas, trazar metas alcanzables,  permitir valorar el por qué y para qué se efectúan las actividades. También,  aunque los educadores observan  mal comportamiento no se esfuerzan mucho   para  que los educandos manifiesten el valor responsabilidad. No exigen lo suficiente y no toman las medidas necesarias para disciplinarlos olvidando   que el trabajo educativo está dotado de  métodos como el estimulo y el castigo, que pueden  ser efectivos si se utilizan adecuadamente.

El  análisis  realizado permite concluir que:

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